“Sal de la Máquina” (marzo-2017), de Sergio Legaz: “librero de Barcelona, ex-adicto a la Máquina y observador de la realidad”

/índice:

Qué dice el libro

Resumo en unas pocas frases del libro las ideas más interesantes de cada capítulo:

0. La confesión de un adicto

Cualquier persona puede ofrecernos razones muy válidas -para ella- que justifiquen por qué prefiere andar todo el tiempo pendiente de su móvil. “Yo lo uso para mis cosas serias”. Pero lo cierto es que estamos perdiendo contacto con la realidad.
Percibimos e interpretamos el mundo a través de una pantalla portátil, delegando nuestras funciones en el dispositivo. Nuestros sentidos se desafinan y atrofian, nuestras impresiones nos llegan debilitadas.
“Vaya por delante que no pretendo dictar sentencia desde una distante y privilegiada atalaya. Yo, como todos, he estado dentro de la Máquina. Desde esa experiencia que todos compartimos intentaremos arrojar luz sobre diversos aspectos de este tremendo problema y propondremos algunas pautas que nos señalen el camino a seguir para salir de la Máquina”.

1. Mente Artificial y Mente Humana

Los distintos inventos han venido inspirando metáforas con las que el ser humano ha tratado de interpretarse a sí mismo. Somos como pensamos1.
Nuestro pensamiento se ha vuelto superficial y fragmentario (circuito ojos-cerebro-dedos). Es interés económico suyo llevarnos a la distracción. Hemos matado el compás de espera2.
Nuestros contenidos mentales propios son reemplazados por contenidos digitales externos. Somos súbditos de la Máquina. Cuanto más conectados a la Máquina, más desconectados de nuestra propia identidad y de la Vida.

2. Phubbing

En cualquier ciudad es fácil encontrar a visitantes y lugareños filmando una fuente pública con sus smartphones. ¿Cuántas veces visualizarán ese vídeo? Probablemente nunca, pero ya habrán dejado escapar la vivencia real del agua brotando a cambio de grabarla y archivarla mecánicamente. Estaríamos asumiendo que una reproducción digital es preferible y tiene más interés que el momento mismo presenciado por nuestros sentidos. Damos así más valor al recuerdo que al hecho.

Urge iniciar cuanto antes un proceso controlado de desconexión. En este contexto, rescatar y actualizar la respuesta ludista se nos presenta como una alternativa digna de consideración. No hablamos de destrozar los móviles a martillazos. Lo único que sugerimos es un proceso de desconexión voluntaria que puede adoptar muy diversos grados y formas al gusto del consumidor. Para quienes descarten esta visión como exageradamente pesimista, “más inquietante debiera parecerles el optimismo hegemónico de una realidad donde todos los indicios conducen al desastre y nadie hace hada por evitarlo”3.

3. Origen y consecuencias de la epidemia

La conjunción de internet y pantalla táctil es la clave de toda esta historia.
Cada detalle de la configuración técnica del smartphone está pensado para generar dependencia. Un ejemplo: es demasiado grande para el bolsillo, así se tiene la tentación constante de consultar la pantalla al llevarlo en la mano. Otro: no funciona como alarma-despertador si se apaga, de manera que siempre está encendido.
El falaz argumento del cuchillo4: la tecnología no es neutral.
Mochila de fabricación del smartphone5. “Todas estas atrocidades, este engaño inconcebible, esta brecha solo es posible gracias a la publicidad, verdadera propaganda de adoctrinamiento al servicio del mercado, cuyo cometido es barrer la basura debajo de la alfombra”6.

4. El problema de las apps

Tendencia a la compulsión. Consume hasta morir.
Las Redes Sociales: la necesidad de sentirnos escuchados es enorme. La idea de ser por una vez el centro de atención se nos antoja irresistible. Esta es la sociedad turbo-capitalista: el control y el ajuste compulsivo de nuestros perfiles digitales para estar a la altura del mundo ahí fuera. Un espectáculo gestionado por empresas que mercantilizan las emociones y las relaciones humanas.
Aun con toda su trascendencia, nuestra compulsión en el uso de apps, así como el papel protagonista de esta adicción que engrasa la rueda del consumismo, son solo dos vertientes del problema. Todavía nos queda una tercera arista: todas y cada una de las acciones y comunicaciones que efectuamos a través de una aplicación electrónica dejan un rastro indeleble que otros pueden seguir.

5. La cara oculta de las apps: el Gran Hermano te vigila

La espiral del silencio: aquellos que aseguran apoyar o tolerar sin reparos acciones gubernamentales como el programa PRISM que reveló Snowden son precisamente los más reacios a expresar sus opiniones en internet si estas no coinciden con las de la mayoría7.

“Argumentar que no te preocupa el derecho a la privacidad porque no tienes nada que ocultar viene a ser lo mismo que decir que no te preocupa la libertad de expresión porque no tienes nada que decir. No puedes desestimar los derechos de los demás solo porque tú no los ejerzas8.

6. De ratones y hombres

El experimento con ratas de Olds y Milner9: “[Lo que estaban estimulando era] un centro de la recompensa, un circuito del placer cuya activación era mucho más potente que cualquier estímulo natural. Varios experimentos posteriores revelaron que las ratas preferían la estimulación del circuito del placer a la comida (aunque estuvieran hambrientas) o al agua (aunque pasaran sed)”.
Sin embargo, hemos de admitir una diferencia fundamental que nos distingue de las ratas: ellas pulsan el botón gratificador encerradas en jaulas; nosotros lo llevamos a todas partes, instalado en el bolsillo.

7. Hibridación Hombre-Máquina

La exposición de niños al ritmo de las pantallas: si sobreestimulas el cerebro en desarrollo, haces que le sea más difícil concentrarse en las cosas que pasan a un ritmo normal10.
Cantaba Prince: “Don’t let your children watch TV until they know how to read”. Saber leer implica que la persona ha alcanzado un grado de desarrollo interior muy profundo, desde el cual es capaz de abstraer ideas, relacionar conceptos y, sobre todo, imaginar. La materia tangible que nos rodea y la lectura son las dos grandes maestras que nos enseñan a vivir. “Es la interacción ficticia con un mundo que solo existe en la mente de la Máquina lo que amenaza con descomponer nuestra identidad, succionando nuestra conciencia, homogeneizándonos a todos”.


1: La máquina de escribir de Nietzsche
2: El pensamiento digital
3: Miguel Brieva, Memorias de la Tierra, p. 146. Reservoir Books, 2012
4: La falacia del cuchillo
5: La mochila de fabricación de un smartphone
6: Sergio Legaz, Nubes enjauladas, p. 164. Hacia el Cruce del Umbral ediciones, 2015
7: “Under Surveillance”, estudio por E. Stoycheff, Wayne State University, 2016
8: S. Kleeman, Mic, 2015
9: La adicción a pulsar botones
10: Sobre pantallas y niños, Dimitri Christakis

Crítica personal

Vi este libro en Mastodon por @kim. Leí algunos comentarios sobre él y me decidí a comprarlo.
En general, lo recomiendo. Creo que el valor de este libro reside en las reflexiones y perspectivas que ofrece. Muchas de las observaciones que aporta invitan a la retrospección, a fijarnos en las costumbres que hemos adquirido y a ser conscientes de qué nos está pasando y por qué.
También es cierto que la argumentación y las fuentes citadas pueden tildarse de tendenciosas, siempre para respaldar la visión del libro. Referirse a noticias periodísticas, ejemplos anecdóticos o entrevistas con personas que concuerdan con la opinión del autor no refuerzan de manera rigurosa o científica la tesis que se quiere defender. El tono catastrofista, a veces apocalíptico, tampoco ayuda.
Sirva de muestra el fragmento sobre las tormentas solares, al final del libro. Se habla de este fenómeno, cuyo mayor episodio se dio en 1859 (produciendo importantes interrupciones en la red de telégrafos), y se describe lo destructivo que sería este hecho en la era actual. Aunque se sabe que el ciclo se repite cada 11 años, es difícil predecir su magnitud. Por ejemplo, en 2006 se predijo el máximo solar más intenso de los últimos 50 años para 20121. En un documental al respecto2, la NASA explica que “nuestra atmósfera es suficientemente gruesa como para haber resistido la radiación de los mayores eventos vistos durante los últimos 10 mil años. Las tormentas solares tardan 2-3 días en llegarnos, y se monitorizan y predicen igual que los huracanes o los terremotos3”.
Sin embargo, en el libro se aprovecha el asunto para decir: “Lo que para muchos significaría un auténtico apocalipsis tecnológico, para algunos representaría un alivio y quizás la única posibilidad -violenta, incontrolada y sobrevenida desde fuera- de liberarnos del dominio de la Máquina. En ambos extremos, es posible hallar una sana vía intermedia: la desconexión progresiva y voluntaria que proponemos en este libro”.


1: Alerta sobre Tormenta Solar, 2006
2: NASA | The Truth about 2012 - Solar Storms
3: Preparándose para la próxima gran tormenta solar, 2011

Radiaciones Electromagnéticas

El Anexo I está dedicado a “las radiaciones electromagnéticas y cómo reducir su impacto sobre la salud”. El tema también se trata en el blog del libro, pero en la edición impresa está ampliado.
Se habla de las Radiaciones No Ionizantes, cualidad que comparten todas las emisiones de frecuencias menores a los rayos X (incluida la luz visible, que también es una radiación electromagnética).
Los efectos térmicos comprobados bajo exposición a radiofrecuencias se consideran leves, ya que la elevación de temperatura corporal que provocan las corrientes eléctricas inducidas es disipada por la sangre si es menor de 1 ºC. Para que siempre se dé esta condición, se imponen restricciones de obligado cumplimiento en la fabricación de cualquier elemento electrónico relacionado con la radiación.
Por el contrario, los efectos no térmicos de las radiaciones no tienen un criterio unificado respecto a su nivel de contaminación electromagnética. Esta falta de consenso abre la puerta a que se use como un asunto incluso político.
Si bien es cierto que no existen datos referentes al uso del móvil por periodos superiores a 15 años1, hay estudios como el que en 2007 publicaba el IARC relacionando la exposición a campos electromagnéticos con una duplicación de casos de leucemia infantil. Tal y como se menciona en el libro, se calificaba a los campos electromagnéticos de “posiblemente carcinógenos para las personas”. Lo que no se incluye en el libro es qué implica esta calificación. La OMS indica que “se aplica a aquellos agentes cuya acción cancerígena está escasamente probada en las personas e insuficientemente probada en animales. Otros ejemplos incluyen el café y los humos de soldadura”2. Hay que ser completos en la información dada… También se detalla en la nota que la exposición fue superior a 0,3-0,4 µT, es decir, 5 o 6 veces superior a los niveles de los hogares europeos (en torno a los 0,07 µT).
Nadie duda que es un tema importante sobre el que a todos nos gustaría ver estudios a largo plazo suficientemente completos y concluyentes. No obstante, ya hay literatura científica sobre ello como para informarnos, como el libro “Radiofrecuencias y salud” (A. Hernando y A. Úbeda, 2010) que me recomendaba @ekaitz_zarraga.


1: OMS, Nota descriptiva nº 193, 2014
2: OMS, Nota descriptiva nº 322, 2007